sábado, 9 de mayo de 2009

Demasiados sospechosos


En la corte de los Kennedy coexisten eunucos dálmatas -acojonados en las arenas de Long Island-, caleseros de Nanterre, cocineros suizos, (excelentes), un embajador soviético, pom pom girls de California, viudas de cinco guerras mundiales, dos objetores de conciencia australianos, un campeón mundial de ping-pong que ha traído su mesa predilecta, tres camiseros maricas que duermen en habitaciones separadas, un gaucho disecado por Ted (precoz taxidermista desde que Rose le regaló un equipo completo el día de su primera comunión), un pelotari vasco cejijunto, media docena de cantantes suaves como un batido de vainilla, dos viejos marinos enamorados de dos gordísimas sirenas de Siracusa, diez defensores de derechos civiles con sus correspondientes defendidos, un sheriff malo, dos sheriffs buenos, un batería de jazz tuberculoso que se masturba en los retretes del todo Boston, un agricultor abisal especializado en injertos de alga Rosalind, un capador de polillas, un poeta concreto que cruje al andar, una virgen samoyeda que se perdió en el polo norte, una doctora española especializada en zonas erógenas, dos cantantes de jazz con cáncer de garganta, un defensa central del Manchester United y un interior izquierda del Manchester City, un filósofa alemán especializado en sí mismo (su mujer le precede por los pasillos pidiendo silencio a los que se les cruzan), dos presidentes de juntas de vecinos de Ankara, un primo hermano de Hitler, que se le parece mucho en el andar y en la especial entonación de la palabra espátula, un meteorólogo, un domador de gallinas, un dentista florentino, príncipes enanos abandonados en los cubos de basura, un campeón de partidas simultáneas de ajedrez, el traductor de Oscar Wilde al ucraniano y la verdadera princesa Anastasia, definitiva baza legal que Occidente se reserva para reclamar el trono de la URSS, un segundo antes de la agresión nuclear.
Yo maté a Kennedy-Manuel Vazquez Montalbán

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué grande era Manolito!

... y que bien sienta releer esos libros y sacarles los entresijos...

Cualquiera dijo...

"Los dioses se han marchado, nos queda la televisión."
Manuel Vázquez Montalbán

kronopio dijo...

Es que, en un país que no hizo a tiempo la revolución industrial...